La ejecución de Analítica Web, entendida como una disciplina que se encarga de analizar, clasificar y segmentar tendencias de tráfico en los motores de búsquedas o redes sociales para generar acciones de marketing online orientadas a las ventas, debería ser un pilar fundamental de los emprendedores que planifican y conceptualizan productos o proyectos digitales.
Pero en éste ecosistema 2.0, la única amenaza a la cultura StartUp –tendencia globalizada de emprendimiento tecnológico- en América Latina es la creciente miopía en los estudios de mercados interactivos para entender [y anticiparse] a la necesidad futura que puede presentar un usuario mientras hace vida digital.
El núcleo de la Analítica Web parte de un riguroso estudio del mercado globalizado sobre el que se quiere posicionar una marca-producto-servicio, que basado en objetivos estratégicos depura capas de usuario para detectar un nicho donde haya más oportunidades de ventas.
Acá es importante hacer una severa aclaratoria: La práctica de Analítica Web concebida como una rama de las ciencias informáticas tiene como objetivo fundamental auditar el comportamiento de los usuarios dentro de un site específico, grupos de dominios, y conjunto de plataformas móviles para detectar patrones de navegación que encausen masas de individuos a un portal concreto.
A los emprendedores de Latinoamérica les conviene prestar atención a un debate que se sirve en las reuniones y conferencias de analítica Web en Europa desde el verano del 2012, cuando ingeniosos de esta disciplina acoplaron que una correcta interpretación sobre el tráfico de un sitio Web es el soporte de las estrategias de Posicionamiento Web SEO [Search Engine Optimization]. Y aunque, algunos escépticos [pro socialmedia] reiteran que el posicionamiento empieza por Twitter y Facebook, el benchmarking de los algoritmos de Google, DuckDuckGo y Yahoo reafirma la primera premisa.
Después de tanta teoría a los emprendedores latinoamericanos que sueñan con armar su compañía tecnológica en la región, facturar en dólares, tener una bonita oficina, y llevar una vida “geek”; se les olvida que mucho antes de “contar las nubes del cielo” tiene que definir un elemento clave: el idioma de la plataforma.
Precisamente, en la práctica de Analítica Web, una correcta conceptualización del proyecto se tiene que manifestar en el minuto 1 de juego, porque si los visionarios apuestan por una aplicación o plataforma en inglés dentro de un mercado que se aferra el castellano, se producirá un impacto contraproducente que no sólo pondrá en riesgo el norte del emprendimiento, sino que obligará a invertir recursos para corregir el núcleo del sistema.
En la práctica la Analítica Web es la que responde a las preguntas: “¿Qué quiero vender?, ¿Quiénes van a comparar el producto? ¿Dónde están los consumidores potenciales? Y ¿cómo se les hará llegar el producto? Con correctos estudios de mercados y segmentación de públicos basados en la técnica “core deep analytics”.
Publicado en el Universal el 12-5-14 por Isaías Elías Blanco